Existen sueños que son peor que cualquier pesadilla, lo irónico es que son los sueños más hermosos los que más se puede llegar a odiar y desear no tenerlos, porque cuando despiertas te topas con una realidad plana, demasiado aburrida, triste de cierta forma, sin fantasía, sin magia, sin absurdos, demasiado real.
Cómo controlar los sentimientos, si el inconsciente traiciona la mente y arrastra el corazón.
Mejor rendirse, no pelear contra uno mismo en un campo donde no puedes defenderte.
Malditos sueños, maldita fantasía, maldita realidad.